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El olor a cloro de las piscinas no es lo que parece

El olor característico ‘a cloro’ es cuestión de química y es indicativo de que el agua de la piscina no está tratada adecuadamente.

 

El olor a agua de piscina, que suele describirse como olor a cloro, puede evocar pensamientos felices de verano. Sin embargo, si es suficientemente fuerte, el “olor a piscina” puede representar una fuente de irritación para los ojos, pulmones y piel de los clientes. El olor a piscina no se debe al cloro, sino a las cloraminas, compuestos químicos que pueden formarse en el agua de la piscina.

 
Las cloraminas se producen por la combinación de desinfectantes que contienen cloro con el sudor, cosméticos y orina de los clientes que entran en las piscinas. Los desinfectantes que se aplican al agua de las piscinas para destruir gérmenes que pueden ocasionar diarrea, oído de nadador, pie de atleta, entre otras afecciones.
 
 El sudor, los aceites y la orina son adiciones no deseadas en el agua de las piscinas. Por esta razón y por higiene y civismo, se deben seguir estrictamente las normas de la misma, como por ejemplo, ducharse previo uso para evitar la contaminación con sudor. Obviamente tampoco se puede orinar en la piscina. Sin embargo, de media en una piscina de dimensiones olímpicas, se encuentran hasta 225 litros de orina.  
 
 
LA QUÍMICA DEL OLOR A PISCINA
 
Cuando al agua se le añaden desinfectantes con cloro, se producen dos sustancias químicas, el ácido hipocloroso y el ion hipoclorito, que ayudan a destruir gérmenes que se encuentran en el agua. Juntas, estas dos sustancias químicas se conocen como “cloro libre disponible”. Los operadores de piscinas supervisan el nivel de cloro libre del agua de las piscinas por seguridad de los clientes. El problema surge del hecho de que el cloro libre se reduce cuando reacciona con el sudor, los aceites y la orina de los clientes y forma cloraminas. Una exposición larga a estas cloraminas puede llegar a generar asma y otras afecciones respiratorias. 
 
 
Para asegurar que no hayan elevados niveles de cloraminas, el operador deberá mantener la piscina correctamente. La desinfección adecuada del agua de la piscina y la renovación en caso de detectar concentraciones de cloraminas elevadas es esencial para garantizar la salud y la seguridad de los usuarios. Los operadores de las piscinas serán los responsables de ajustar la química del agua para minimizar los niveles de cloraminas y así reducir el riesgo de infección.
 
 

Fuente: chemicalsafetyfacts.org