En los alimentos envasados, la fecha de caducidad indica cuándo un producto ya no es apto para el consumo, mientras que la fecha de consumo preferente indica un descenso de la calidad del producto, pero continúa siendo seguro.
En los alimentos NO envasados (materias primas frescas, y productos elaborados), el establecimiento debe conocer el tiempo máximo de conservación de estos productos para garantizar su calidad y seguridad.