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15 de octubre, Día Mundial del lavado de manos

El pasado 15 de octubre se celebró el Día Mundial del lavado de manos, dirigido a incrementar la concienciación y comprensión de la importancia del lavado de manos con agua y jabón como un medio efectivo y asequible para prevenir enfermedades.

Un poco de historia: Ignaz Semmelweis, el médico que descubrió que lavarse las manos salva vidas

Ignaz Semmelweis, fue un obstetra húngaro que a mediados del siglo XIX logró descubrir la naturaleza infecciosa de la fiebre puerperal, logrando controlar su aparición con una simple medida de antisepsia.

Como miembro del equipo médico de la Primera División de Maternidad del hospital de Viena, Semmelweis se sentía angustiado al ver que una gran proporción de mujeres que habían dado a luz en esa división contraían una seria y con frecuencia fatal enfermedad. En 1847, Semmelweis propuso a sus compañeros lavarse las manos antes de atender a las pacientes, pero a pesar de demostrar la eficacia de su método, ya que las muertes disminuían drásticamente tras un minucioso lavado de manos, sus ideas fueron rechazadas por sus compañeros, que lo tildaron de loco y charlatán. Además, jamás le perdonaron que, de algún modo, los acusara de ser los responsables de la muerte de sus pacientes. Semmelweis acabó muriendo en un hospital psiquiátrico unas semanas más tarde de su ingreso, a los 47 años.
Al cabo de unos años, el método de la “medicina experimental” fue tomando cuerpo. Pasteur reconoció el mérito de Semmelweis, en una reunión de la Academia de Ciencias de París y ese mismo año Pasteur identificó al estreptococo como el agente causal de las muertes por fiebre puerperal.

En la actualidad, es difícil entender que un hecho tan rutinario como lavarse las manos, haya causado tanta controversia e incluso rechazo a la persona que lo planteó como una medida básica para la atención de un enfermo. La historia ha demostrado que su gesto marca la diferencia, siendo conocido mundialmente como el “salvador de las madres”.

 

La importancia del lavado de manos con agua y jabón:

Los abundantes agentes infecciosos que pueden producir enfermedades gastrointestinales (bacterias, virus y parásitos) se transmiten habitualmente por la ingesta de agua o alimentos contaminados, así como por la contaminación directa de las manos, que son nuestra herramienta de trabajo principal. Con ellas cocinamos, nos aseamos y hacemos un sinfín de otras actividades.
Los gérmenes se encuentran en la suciedad, la grasa y los aceites naturales de la piel de las manos, así que el agua por sí sola no los elimina, necesitamos la ayuda del jabón, el cual:

  • Descompone las grasas que contienen estos gérmenes.
  • Facilita el roce y la fricción durante el lavado, lo que ayuda a desprender los gérmenes de las manos y a eliminarlos al enjuagarlas con agua.
  • Aumenta el tiempo dedicado al lavado y garantiza un lavado más eficaz.

En entornos de preparación de alimentos se recomienda lavarse las manos también con agua caliente para maximizar el efecto espumante del jabón y ayudar a eliminar la suciedad y la grasa de las manos.
Hoy en día tenemos no solo agua y jabón, también geles antibacteriales, soluciones a base de alcohol y productos que procuran mantener nuestra higiene y salud.


Una continua formación en higiene como método de prevención

Promover el hábito de lavado de manos del personal manipulador de alimentos y facilitar la infraestructura necesaria para ello en los lugares de producción adecuados es básico para toda empresa del sector alimentario, especialmente en la restauración colectiva, y debe ser una prioridad.
Para evitar servir alimentos no inocuos es necesaria una adecuada formación del personal. La formación continuada en higiene alimentaria, es obligatoria y esencial para el cumplimiento de la normativa vigente y para la aplicación de buenas prácticas en la manipulación de alimentos. Además, las acciones formativas son una vía efectiva para sensibilizar, entre otros aspectos, sobre el correcto lavado de manos y las consecuencias de no hacerlo en los momentos, lugares y situaciones necesarias.

Lavarse las manos es un hábito que debe ser parte de nuestra rutina diaria y a través del cual evitamos el contagio y propagación de muchas enfermedades, sobre todo en los más pequeños.  

 

Fuente: National Geographic España, higieneambiental.com, diainternacionalde.com