Scroll Top
Paseo Els Tolls • 2 • Ed. Invattur 3ª planta 03502 • Benidorm • Alicante

CRYPTOSPORIDIUM, EL PARÁSITO DE TRANSMISIÓN POR AGUA MÁS FRECUENTE EN PAÍSES DESARROLLADOS

El parásito Cryptosporidium es uno de los más comunes transmitidos a través del agua en los paises desarrollados. Destaca por afectar principalmente a niños y puede prevenirse con un tratamiento adecuado de las aguas de consumo y de recreo, en combinación con una correcta higiene personal.

El parásito: características y vías de contagio

Cryptosporidium es un género de protozoos parásitos del ser humano que provocan una enfermedad denominada criptosporidiosis diarreica. La vía de transmisión es fecal-oral, a través de agua (o alimentos) contaminados con heces procedentes de una persona o animal infectado.

La particularidad de este parásito es que, cuando está en forma de ooquiste (huevo), presenta una alta resistencia a los biocidas desinfectantes de agua de consumo y recreacional, especialmente al cloro -llega a resistir a 80 ppm de cloro durante 30 minutos -y una alta prevalencia en el medio hasta que es ingerido por un nuevo huésped e inicia el nuevo ciclo.

Las vías de contagio más comunes en España son las aguas recreacionales, especialmente aquellas no tratadas. No obstante, no se descarta la contaminación en piscinas públicas con aguas de llenado no potable, o donde no se apliquen protocolos de actuación de tratamiento del agua, incluido cuando se producen accidentes fecales.

El contagio a través de alimentos es más extraño, sin descartar la posibilidad de contagio por consumo de verduras contaminadas con aguas residuales y en las que no se haya realizado un correcto lavado. Tampoco se descartan moluscos bivalvos, o carnes de ovino o vacuno.

También es muy atípico el contagio por agua de consumo. La normativa requiere a las empresas potabilizadoras analizar estos parásitos en el agua cuando haya sospecha de su potencial presencia (turbidez elevada y presencia de la bacteria E.coli, indicadora de contaminación fecal).

 

La enfermedad: síntomas, incidencia y población vulnerable

 Como hemos mencionado, la enfermedad provocada por este parásito es la cryposporidiosis. En los siguientes gráficos se muestra su incidencia en España por zonas, edades y distribución anual, según informe de incidencia de la enfermedad años 2019 / 2020 de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica

 

La infección cursa con una amplia gama de manifestaciones, desde formas asintomáticas (bastante habitual) hasta manifestaciones graves que amenazan la vida. El período de incubación tiene un promedio de 7 días, pero puede variar de 2 a 10 días.

Normalmente afecta al intestino delgado y el síntoma más frecuente es la diarrea acuosa, que puede estar acompañada de dolor abdominal, febrícula, náuseas, vómitos, mialgia, flatulencia, anorexia, malestar, deshidratación, pérdida de peso y fatiga. Estos síntomas suelen ser de corta duración (1 a 3 semanas) en personas inmunocompetentes; pero en personas inmunocomprometidas pueden ser crónicos, más severos y extraintestinales, pudiendo afectar a los conductos biliares y pancreáticos, el estómago y el tracto respiratorio (criptosporidiosis pulmonar o traqueal).

La población más afectada por esta enfermedad es la infantil, donde se considera una de las principales causas de gastroenteritis, detrás de los rotavirus – se estima son el casuante del 7% de las diarreas infantiles.

En cuanto a la población portadora, se estima entre un 1 y un 3% los habitantes de países en vías de desarrollo que excretan ooquistes del parásito.
 
Se trata de una enfermedad autolimitada, teniendo en cuenta que no existe un tratamiento efectivo contra ella.
 
 

Medidas de prevención y control

 Como la infección por Cryptosporydium se da exclusivamente por la ingesta de ooquistes, las medidas de control apuntan a reducir o prevenir la transmisión de ooquistes (expulsión al medio por personas o animales infectados, e ingesta por parte de población vulnerable).
 

La vía de contagio a través de alimentos se contralará realizando un intenso lavado de vegetales y asegurando buenas prácticas agrícolas. En el caso de bivalvos, es básico el control sanitario del agua de marisqueo. Los tratamientos térmicos convencionales (72ºC / 2 seg. ) destruyen los ooquistes.

En aguas potables, el control de calidad del agua de suministro y los sistemas de potablización resultan claves.

En aguas de baño, queda patente que las aguas naturales continentales de baño (ríos, lagos, estuarios…) son los puntos de mayor riesgo. Los programas de vigilancia de la calidad de estas aguas resultarían claves en la prevención.

En piscinas de uso público, se debe asegurar:
• Velocidades de filtración en los sistemas de depuración reducidas, no más de 25 m/s, o aplicación de tratamientos de desinfección complementaria (ultravioleta, ozono…)
• Segregación de agua de baño de piscinas infantiles (chapoteo) respecto a la de adultos
• Rápida actuación ante detección de accidentes fecales en el agua, siguiendo protocolos proeestablecidos de desinfección
 
 

Fuentes:  INSST,  Wikipedia, Red Nacional edipemiología